Posteo: Marketing web y tendencias

Qué esconde la letra chica de los contratos para entrar a las redes.

Por: Marcelo Bellucci

En el ámbito tecnológico, la velocidad es considerada la virtud suprema. Por eso, cuando alguien está a punto de registrarse en una página web, es absurdo suponer que va a perder el tiempo leyendo los términos de uso. Por costumbre, se hace click en todos los carteles que dicen «aceptar», y que sea lo que Dios quiera.

Esta negligencia de los usuarios no es ajena a las redes sociales como Facebook, Sónico y Hi5, o a otros sitios como Blogger, MSN Messenger, Taringa!. Las condiciones contractuales que nadie examina son aprovechadas por algunos para vender avisos. Otros van más allá, incluyendo cláusulas abusivas. Uno de los sustentos de estas redes es la publicidad. El envío de avisos se pacta en los contratos que nadie lee.

La mayoría de los sitios usan los datos que suben a Internet los usuarios cuando se registran. Y con ellos personalizan los anuncios, propios o de otros que les pagan por ese servicio. Pero no venden avisos «al voleo». La información que colocan los usuarios en sus perfiles, más los comentarios que expresan hostilidad o preferencias, forman parte de un apetecible legajo virtual que es recolectado con la imprudente aprobación de los beneficiarios.

Esta suma de variables les permite a los administradores del sitio segmentar a su público por edad, sexo y nivel educativo, y tener datos preciosos sobre sus gustos, costumbres y relaciones. Y les garantiza a sus clientes que la publicidad que están enviando va a llegar al consumidor indicado. Martín Spinetto, gerente de Servicios Online de Microsoft, advierte que «no compartimos la base de datos con otras empresas. Pero sí vendemos audiencia». Esto implica que si una firma quiere apuntar su campaña a un determinado sector, Microsoft sabe a quién enviarla usando su base. En el Centro de Privacidad se anuncia: «Microsoft no venderá, alquilará ni cederá sus listados de clientes a terceros. En ocasiones, como ayuda para poder prestar los servicios, podrá proporcionar datos a otras empresas que actúan en nombre de Microsoft».

Y si de aclarar los términos se trata, Alberto Arébalos, director de Asuntos Públicos de Google, expone el cambio de rumbo que se introdujo en los servicios web. «La interest based advertising, o publicidad basada en intereses, es una modalidad que le permite al consumidor elegir los temas que quiere ver y, en caso de no estar interesado, seleccionar la opción de no mostrar ninguna propaganda en su sitio», detalla. Tomás O’Farrell, de Sónico, una red social similar a Facebook que según datos propios suma 30 millones de usuarios en Latinoamérica, reconoce que la publicidad personalizada es un método empleado.

Pero agrega: «Estamos utilizando nuevas formas de ingresos para sustentar la red». Otra cuestión es el uso que en la red se hacen de los contenidos que suben los usuarios, lo que puede llevar a quejas por la exhibición de imágenes no autorizadas (ver Una mala experiencia). Y si bien es cierto que todavía no se reportó ningún caso de expropiación por parte de una de estas redes, ¿qué sucedería si alguien se consagra como escritor, músico o fotógrafo? ¿Quién garantiza que el contenido que tiene en la página no va a ser explotado por la dueña de todos sus derechos? ¿Que, por ejemplo, el sitio quiera publicar un libro con el contenido de un blog muy leído? En el contrato de una de estas redes sociales, MySpace, se lee: «Al mostrar o dar a conocer («publicar») cualquier Contenido en los Servicios MySpace o a través de estos, por el presente usted concede a MySpace una licencia limitada para usar, modificar, eliminar o agregar información, presentar públicamente, mostrar públicamente, reproducir y distribuir dicho Contenido».

No es el único caso. El abogado Leandro González Frea previene también sobre las normas que imperan en Hi5, otra red que alberga a 80 millones de cibernautas. «Obligan a los usuarios a conceder una licencia irrevocable, perpetua, no exclusiva, mundial, para reproducir, distribuir, mostrar públicamente e interpretar, usar de cualquier modo el contenido incorporarlo en otras obras, y conceder o autorizar sublicencias», explica.

Algo semejante ocurre con Taringa!, uno de los portales más visitados por los navegantes argentinos. González Frea analiza: «Taringa! se adjudica expresamente los derechos de autor sobre la obra de clasificación y compilación realizada por cualquiera de sus usuarios, obligándolos a transferirle todos los derechos que pudieran corresponderles». Entre otros «materiales», se incluyen fotos, diseños, sonidos y marcas. O’Farrell, de Sónico, explica que el objetivo de estas cláusulas es la protección legal del sitio: «Por ejemplo, si un usuario sube una foto de otro, éste no puede demandarnos por ello». Pero, ¿los usuarios tienen algún tipo de defensa? González Frea apunta que estos servicios están amparados por la Ley de Defensa del Consumidor (ver «No puede…»). Lo que sí es cierto es que estos contratos de adhesión son redactados unilateralmente por las empresas y no dan lugar a los usuarios para negociar los términos de inclusión. Y si el usuario está en desacuerdo, el no aceptar equivale a quedar afuera.
http://www.clarin.com/diario/2009/03/23/

La creación del estadounidense Tim Berners-Lee tenía como finalidad intercambiar información entre científicos de todo el mundo; años después fue una revolución.

Ginebra, (EFE).- Las hoy indispensables tres WWW (World Wide Web), que nacieron con vocación universal y acabaron revolucionando la forma de comunicarnos, han cumplido 20 años , y el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), lo conmemoró con la satisfacción de haber sido sus creadores.

Tim Berners-Lee , estadounidense y físico del CERN, ideó en 1989 las mundialmente conocidas tres WWW, que más o menos significan Amplia Telaraña Mundial.

La creación de Berners-Lee permitió organizar la información online para que ésta sea más simple de usar.

Berners-Lee quería lograr un sistema de intercambio de información entre científicos de diferentes universidades y laboratorios de todo el mundo.

La idea fue que, para usar la web, sólo se necesitase una PC, una conexión a Internet y un navegador, y el científico escribió una propuesta que presentó a sus jefes en el CERN.

Con el visto bueno de sus superiores -Mike Sendall y Les Robertson- Berners-Lee creó una aplicación de Internet: un navegador-editor que interpretase el hipertexto para que fuera compartido entre dos ordenadores a través de la red.

Tim Berners-Lee en el evento en el que se festejaron los 20 años de la WebFoto: Reuters

«En aquel momento no nos dimos cuenta del increíble fenómeno que iba a significar», confesó el actual director del CERN, Rolf Heuer, científico del centro hace veinte años.

Berners-Lee encontró una carretera por donde circular en la red (los cables), una regulación común (protocolos) y un servicio de comunicación (WWW) que fue efectivo y comprensible.

«Tim creó el software en dos meses», afirmó Jean-François Groff, uno de los informáticos que le ayudó.

«Tenía visión y persistencia pero también capacidad de implementar sus ideas y de usar las herramientas disponibles, y lo importante es que el CERN le permitió desarrollarlo», afirmó uno de sus colaboradores, Ben Segal.

«En el CERN había el ambiente, los científicos, la tecnología, el apoyo. Todo lo que yo necesitaba para implementar mi idea», explicó Berners-Lee, premio Príncipe de Asturias 2002.

De hecho, Segal parafraseó a Bernes-Lee, quien una vez definió al CERN como «el vientre» donde se gestaba la tecnología de la época.

El inventor de la web incluyó «los problemas del CERN» como uno de los aspectos que le ayudaron a desarrollar su invento.

«Había diversos tipos de información, almacenada en diversos tipos de formatos, en distintos ordenadores que usaban diferentes programas y que se comunicaban con diferentes redes, y creía que eso debía unificarse», agregó.

Con Cailliau, Berners-Lee perfeccionó el invento y posteriormente, por falta de recursos y con una visión democrática de su invento, puso a disposición de la comunidad internacional el servicio WWW, cuya primera dirección fue Info.cern.ch.

Hoy, Berners-Lee destaca el que el servicio se pusiera a disposición del mundo como una de las claves para su rápida expansión.

No en vano, Caillau recordó que el eslogan de Berners-Lee era «Let´s share what we know» (compartamos lo que sabemos).

En 1993 ya había más de 500 servidores conocidos, y los accesos a través de las WWW representaban el 1 por ciento del tráfico en internet.

En 1994, la web tenía 10.000 servidores y 10 millones de usuarios.
Actualmente, existen en el mundo 80 millones de sitios web.
publicado en lanacion.com 13 de marzo de 2009

Lo dice el último estudio de Nielsen Online, que asegura que los correos electrónicos se han vuelto un método pasado de moda para enviar mensajes.

El tiempo pasa más rápido en la web. Programas como el ICQ –aquel mensajero con el logo en forma de florcita- tuvieron su época de gloria y su estrepitosa caída. Y algo similar, asegura la consultora Nielsen Online, le está pasando al e-mail.

Según esta prestigiosa consultora de Internet, los correos electrónicos se han vuelto un método «viejo», pasado de moda, para enviar mensajes. Pero si los mails están muriendo, ¿qué opción ofrece la Web para contactarse con amigos y conocidos? Redes sociales y blogs es la respuesta.

El estudo señala que los blogs y las redes sociales «están creciendo dos veces más rápido que cualquiera de los otros cuatro sectores más desarrollados de Internet (buscadores, portales, descarga de software y mails)».
El estudio se realizó en  en Australia, Brasil, Francia, Alemania, Italia, España, Suiza, el Reino Unido y Estados Unidos.

El reporte asegura que dos de cada tres usuarios de Internet visitan redes sociales más que sitios de e-mail y que se comunican vía blog dejando mensajes y comentarios.  Así, las actividades más populares en Internet son búsquedas, visitas a portales, descargas de software, conexiones a redes sociales y blogs y -por último- enviar e-mails.

De acuerdo al informe, tres de cada 10 personas de los mercados analizados por la consultora acceden a la red Facebook. Mientras que uno de cada 11 minutos gastados en la Web es para las redes sociales y los blogs. Además, Nielsen Online destaca que las audiencias de las redes sociales y los blogs son cada vez más diversas: la franja que más creció fue la de los 35-49 años.

las redes permiten todo tipo de comunicación con sus amigos y conocidos. Y que – aunque el e-mail siga teniendo un gran valor- también trae una serie de problemas como el spam o las cadenas.

publicado en clarin digital, 10/02/09

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